Mi nombre es Laura, nacida en Argentina y viviendo en España hace 20 años. Ahora mismo soy mamá de una maravilla de la vida que hace poco ha cumplido 6 años. El mundo me ha tratado muy bien, y a veces no tan bien, pero nunca ha dejado de sorprenderme. Soy una optimista compulsiva, con una pequeña tendencia a quejarme, no lo voy a negar. Aunque la verdad, ¿por qué no? Me puedo quejar de lo que me dé la gana. Decidí escribir un blog porque soy extrovertida y necesito desahogarme siempre. Lo loco es que cuando lo hago con seres humanos, recibo feedback en general positivo, y ahí es donde me doy cuenta de que las cosas que me pasan a mi y siento que no le pasan a nadie más, en realidad si les pasan a todo el mundo. Así que ahí voy…
Los comienzos
Mis padres nacieron los dos el mismo año, y en el mismo pueblo, San Rafael. Se conocieron en la Universidad de Cuyo, los dos son ingenieros en alimentos, aunque mamá nunca ejerció de ingeniera. Yo nací en la provincia de Córdoba, pero no me quedé ahí mucho. Al momento de nacer ya tenía un hermano de un año y dos meses, y al año y medio mío, nació mi hermana. Ellos dos también son de San Rafael. Mi familia se movía mucho: de Córdoba, a Mendoza, Buenos Aires, Mendoza otra vez, y finalmente Mar del Plata. No, no éramos nómades, simplemente, éramos bastante pobres. Igualmente, en Mardel papu triunfó. Ahí es en dónde le empezó a ir como se merecía después de tantos años de mover a su familia de acá para allá buscando el bienestar de todos. A ver, tampoco vamos a decir que tirábamos manteca al techo, pero al menos mis padres no tenían el nivel de stress y locura que tiene el argentino medio. En Mar del Plata hice la secundaria, en donde conocí a mi hermana del alma, y la universidad (inglés), aunque esta no la terminé ahí. De hecho, cuando estaba a puntito de terminar, decidí irme una temporada a Estados Unidos. Al volver de Estados Unidos, pasé un mes en mi país y decidí que no podía quedarme más allí, y volé a España a donde tenía pensado estar 6 meses. Llegué un 25 de mayo, irónicamente, el día de la patria. Y este es otro capítulo, bastante largo…
España, cómo se construyen 2 décadas
Llegué a Barcelona en 2005. Venía con muy poca carga, muy poca plata, muy poco miedo, y muchas expectativas. Atribuyo toda esta ligereza a que venía de una experiencia tremenda en Estados Unidos que me había enseñado a desenvolverme prácticamente por completo en situaciones múltiples. Tal vez mi escasa edad también jugaba a mi favor, digo, por lo inconsciente. En mi mente, España, no distaba mucho de USA, ay mamita querida! El camino en el tren me dejó boquiabierta. De los edificios impolutos, inteligentes, automáticos, imponentes a barrios básicos, abarrotados, bastante sucios, como en ebullición. Había una simplicidad que no había visto antes, ni en Argentina, ni en USA, y que en ese momento la verdad, no fue muy de mi agrado. Durante todo el trayecto pensé, hmm tal vez sean menos de 6 meses. Pero la realidad es que tardé más de 6 meses solo en acomodarme. El ritmo ibérico es más pausado, que el del tango, aunque tiene su fueguito también. A pesar de que yo venía con un acelere considerable, me dejé llevar por las ondas de la vida hispana. Fui bailando al compás de todo lo que se me iba presentando y fui acomodándome en cada uno de los rincones en donde acabé. Cada momento, cada día, mes, año, fue tan rápido, tan suave, tan simple y a la vez tan rico que en cuanto me puse a hacer cuentas, tuve que darle la razón a Discépolo… 20 años no es nada!
Y ahora tengo que escribir una conclusión, y la verdad es que no se me da nada bien. La única conclusión a la que he llegado es que estar 20 años fuera de tu país te convierte en un híbrido extraño. En España, sigo siendo una argentina, y cuando voy a Argentina, soy un poco inmigrante ahí también. Lo que si que he aprendido es a transitar entre mis dos mundos, mis dos culturas, celebrando mis logros, llorando mis pérdidas, pero sobre todo, enfrentando todo lo que se me presenta de la manera más fluida que he podido. LauSiempre es mi espacio para poner un poco de orden a la cascada de eventos que va formando el día a día. Escribir siempre me conecta con esas partes mías que no entiendo y de alguna manera me ayuda a darles forma y color. A ver si te sirve. Tal vez leyendo te des cuenta de que las cosas que te pasan y que te parece que no le pasan a nadie más, en realidad si les pasan a todo el mundo. Así que ahí vamos…